BIOGRAFÍA

En la obra de Luis García Gil (Cádiz, 1974) conviven de manera absolutamente personal literatura, cine y canción de autor. En el ámbito de la canción ha publicado Serrat, cantares y huellas, Serrat y Sabina a vista de pájaro, Jacques Brel, una canción desesperada, Javier Ruibal, más al sur de la quimera y Joan Isaac, bandera negra al cor. Su amor al cine ha dado como fruto el libro François Truffaut publicado por Cátedra y el guión y producción del documental En medio de las olas dedicado a su padre el poeta José Manuel García Gómez. También ha producido el documental Vivir en Gonzalo que ha dirigido Pepe Freire y en el que se profundiza en la obra de Gonzalo García Pelayo. Como poeta es autor de La pared íntima, Al cerrar los ojos y Las gafas de Allen. Es autor además del libro José Manuel García Gómez, un poeta en medio de las olas.




lunes, 21 de abril de 2014

HURRICANE (DYLAN 75)



El Desire de Bob Dylan empezaba a latir y a rugir con "Hurricane", la canción que dedicara al boxeador Rubin Carter:

Esta es la historia del Huracán,
el hombre que las autoridades culparon
de algo que nunca ha hecho,
lo pusieron en una celda pero una vez
pudo haber sido el campeón del mundo. 

Hubo un tiempo en el que no cesaba de escuchar Desire o Blood on the tracks, dos obras magnas e intensas del Dylan de mediados de los setenta que tuvo en Sam Shepard un testigo excepcional de aquellos históricos recitales de trueno, máscara y verso forjado en la hora incierta del crepúsculo. Venía Dylan de verter las lágrimas del amor perdido y encontró en la historia de Carter una forma de elevar el canto y pedir justicia.     

La noticia de la muerte de Carter me devuelve a la torrencial "Hurricane", todo un manifiesto que Dylan lanzó al aire de las ondas radiofónicas en noviembre de 1975. El bardo clamaba a favor del reo injustamente condenado en la cárcel neoyorkina de Trenton por un crimen que no había sido esclarecido. A Dylan ya se le cuestionaba por su escaso activismo pero con "Hurricane" metía el dedo en la llaga de un asunto candente, algunos años más tarde de haber grabado "George Jackson", un homenaje al hombre negro acribillado a balazos en una prisión norteamericana. 

Dylan hace suya la causa perdida de Rubin Carter y firma una pieza vertiginosa, de largo aliento, con ese violín que la hace tan endiabladamente sugestiva. De inmediato la canción logra la respuesta esperada y se convierte en uno de las grandes himnos populares de Dylan editándose fraccionada en versión single y luego como canción-estandarte del álbum Desire con más de ocho minutos de energía incontenible. El lenguaje empleado por Dylan es un lenguaje periodístico, directo, sin alardes expresivos, trazando un retrato certero y directo de la odisea de Carter que le había enviado un ejemplar de su libro The Sixteenth Round, que luego serviría de base para la película que sobre Carter rodó Norman Jewison.

Disparos de pistola resuenan en la noche de la taberna
llega Patty Valentine del salón de arriba
ve al encargado en una laguna de sangre... 

Me acuerdo ahora de una foto de Dylan visitando a Carter en la prisión con la misma pinta que exhibía en la portada de Desire. Aquello sucedió en mayo de 1975 y dos meses más tarde Dylan y Jacques Levy daban forma a una primera versión de "Hurricane" estrenándola en septiembre en la televisión. Luego vino una intensa, rotunda, expresionista gira que culminó en el Madison Square Garden con lo que se daría en llamar The night of the Hurricane en la que apareció como invitado sorpresa Muhammad Ali. En el prodigioso documento literario de Shepard sobre Dylan (Rolling Thunder: con Bob Dylan en la carretera) hay una foto de esa noche en la que posan juntos el huracán lírico de Minnesota y Muhammad Ali. La foto no tiene desperdicio, dos mitos frente a la cámara que eterniza el encuentro. Shepard narró en su libro la emoción de aquel 9 de diciembre y la feliz consecuencia de aquella noche en la que Carter habló a la multitud enfervorizada desde la cárcel:

De regreso en el camerino, Dylan entra a toda prisa quitándose el soporte de la armónica del cuello, con el maquillaje chorreando en largos churretones, los ojos rojos que le salen:  -¡Han absuelto a Rubin! ¡Estará fuera en Navidad.