BIOGRAFÍA

En la obra de Luis García Gil (Cádiz, 1974) conviven de manera absolutamente personal literatura, cine y canción de autor. En el ámbito de la canción ha publicado Serrat, cantares y huellas, Serrat y Sabina a vista de pájaro, Jacques Brel, una canción desesperada, Javier Ruibal, más al sur de la quimera y Joan Isaac, bandera negra al cor. Su amor al cine ha dado como fruto el libro François Truffaut publicado por Cátedra y el guión y producción del documental En medio de las olas dedicado a su padre el poeta José Manuel García Gómez. También ha producido el documental Vivir en Gonzalo que ha dirigido Pepe Freire y en el que se profundiza en la obra de Gonzalo García Pelayo. Como poeta es autor de La pared íntima, Al cerrar los ojos y Las gafas de Allen. Es autor además del libro José Manuel García Gómez, un poeta en medio de las olas.




domingo, 29 de septiembre de 2013

EL MADRID DE CARLO

¿A qué juega el Madrid? nos preguntamos muchos. Se fue Mou al que algunos comparaban con Hitler y ha llegado Carlo Ancelotti con su arqueo de cejas y parece que el Madrid sigue sin jugar a nada y ha perdido incluso esa competitividad que sí poseía con el  vilipendiado técnico luso. 

En el tren que me traía de vuelta a Cádiz desde Barcelona me hice con un ejemplar de la admirable revista Panenka que en su número de septiembre dedicaba un especial a la añorada Quinta del Buitre donde están indudablemente ciertos cimientos del fútbol espectáculo del Barça de Pep Guardiola. Para mí decir Quinta del Buitre es decir infancia y es decir fútbol y proyecto de equipo, algo que lamentablemente no encontramos hoy en este Madrid de Florentino Pérez, sin una estructura definida, pendiente de alguna genialidad de Ronaldo o de Isco, el único fichaje consecuente que el Madrid ha hecho este año a la espera de lo que aporte Bale. 

Uno ve jugar - es un decir- a Arbeloa o ve a Benzemá cual alma en pena o a Di María volviendo a las andadas del curso anterior y encuentra una lógica aplastante a lo que sucede. Uno ve cómo se vende a un futbolista talentoso como Ózil y cómo Khedira lleva las riendas del equipo -es otro decir- y comprende muchas cosas. Y todo lo sintetiza el arqueo de cejas de Carlo y el rostro de esfinge de Zizou. Y ya no está Mou como causante de todos los males que dejaba a Iker Casillas en el ostracismo. Y ahí siguen el capo Sergio Ramos y Pepe como pareja de centrales a la deriva. Y todo parece claro, como el agua de un torrente, cuando el Madrid se pasea cual fantasma en el campo del Elche o cuando se ve incapaz de superar el entramado defensivo del Atlético de Madrid con una circulación del balón más lenta que la del caballo del malo.   

Y claro, al final soñamos con aquella Quinta del Buitre, parnaso del madridismo de muchos de quienes añoramos los centros de Michel cuando vemos centrar a Arbeloa y pensamos que este equipo puede jugar mejor, debe jugar mejor. Pero algo sigue pasando y ya no es culpa de Mou que ponía a Coentrau porque era su amigo portugués, porque resulta que ahora lo seguimos sufriendo como titular en este Madrid que nos duele igual que a Unamuno le dolía España. O casi. 


SILVIA COMES CANTA A GLORIA FUERTES

Nos citamos en la cafetería Zurich en el corazón de Barcelona, en ese cruce de gentes diversas que vienen y van que es la Plaza de Catalunya. Un día antes Silvia Comes había participado en la presentación de "Joan Isaac, bandera negra al cor". Nos unen muchas cosas y sobre todo nos une el amor por la palabra cantada, por la poesía que ha de difundirse como corriente de alegría. En la mesa del encuentro nos acompañaron Carlos Gracia y Juan Miguel Morales que son parte de mi memoria barcelonesa, de esa suma de encuentros y complicidades que me hacen regresar una y otra vez a una ciudad que siento cada vez más mía. 

Silvia Comes venía a hablarnos de Gloria Fuertes, de ese recital que ha tejido a partir de sus poemas y que ha encontrado la respuesta merecida en la pasada edición de Barnasants. El verso de Gloria Fuertes parecía estar esperándole desde hace tiempo estableciéndose esa misma sinergía que ha posibilitado milagros de la poesía cantada como Serrat cantándole a Antonio Machado, Raimon a Espriu o Paco Ibáñez a Góngora. 

Uno toma de su biblioteca "Ni tiro ni veneno ni navaja" o el estupendo "Poeta de guardia" y no comprende el desprecio que algunos poetas o estudiosos le han dispensado a Gloria Fuertes, desvirtuando su imagen hasta la caricatura. Por eso es más necesaria la labor de recuperación que Silvia Comes ha emprendido con la poesía de Gloria Fuertes que ya tuvo una particular e intensa relación con Mari Trini, otra cantautora admirable. 

Los ojos de Silvia han encontrado en la poesía de Gloria un lugar en donde asir la mirada, en donde dejar el corazón y la guitarra. La poeta que veía la vida como un río frío, seco y triste también dejó destellos de vida y de luz en forma de poemas. Esto Silvia Comes lo ha comprendido perfectamente. Por eso al hablar de Gloria hablaba de algo muy íntimo, algo que incluso pertenecía a su propio ámbito familiar, a la propia figura paterna que citaba a la poeta sin imaginar que su hija cantándola le rendiría justo homenaje. 

sábado, 28 de septiembre de 2013

SIGLO VEINTE, CAMBALACHE



1. Almudena Grandes escribía hace unas semanas en El País un artículo titulado "Siglo XX" que empezaba de modo sumamente errático: "Cambalache enigmático y febril, cantaba Gardel, y en efecto así fue...". Todo lo bienintencionado del discurso crítico de la escritora en ese artículo me hacía volver inevitablemente a ese error inicial y a la premura que evidenciaba la autora quien no parecía haber escuchado con la debida atención el tango "Cambalache" que algunos consideramos pieza esencial del cancionero popular de la pasada centuria y muestra del talento de su autor Enrique Santos Discépolo. 

Al plantear su artículo Almudena Grandes le preguntó a Google por "Cambalache" y Google le llevó maliciosamente a una versión del tango que se atribuía a Gardel y que en realidad se debía al rosarino Agustín Irusta. Pero la autora de "Malena es un nombre de tango" confundió a Gardel con Irusta, churras con merinas y erró. Y creyó escuchar enigmático donde el tango decía problemático y reveló que a "Cambalache" no le había prestado la atención merecida de la que surge esta entrada diletante que dedico a Alicia Oschendorf y a Alberto Sahagún porque ambos llevan el tango dentro de su valija sonora. 

2. A "Cambalache" llegué por Serrat como a tantas otras cosas. Tenía apenas diez años y escuché la versión registrada en su disco en directo que apareció a mediados de los años ochenta cuando el noi del Poble Sec hacía veinte años que tenía veinte años. "Cambalache" encajaba perfectamente en aquel repertorio antológico y confirmaba cómo Serrat hacía suyo lo ajeno y cómo al cantar "Cambalache" abrazaba la sombra de su padre, cantor aficionado de tangos en la memoria estruendosa del Paralelo barcelonés. 

Discépolo escribió "Cambalache" para la película El alma del bandoneón que se estrenó a principios de 1935 en el Cine Monumental de Buenos Aires. Libertad Lamarque asumió el protagonismo para la que fue opera prima del cineasta Mario Soffici. "Cambalache" halló en Ernesto Famá su primer intérprete oficial que la cantó en la película con el acompañamiento de la orquesta de Francisco Lomuto. Gardel no pasaba por allí y perdía la vida meses después de aquel estreno. Antes que lo hiciera Ernesto Famá en la película, Sofía Bozán había cantado "Cambalache" en el Teatro Maipo lo cual motivo cierta polémica con el productor de la película tal como apuntan Oscar del Priore e Irene Amuchástegui en el libro "Cien tangos fundamentales" que no debe formar parte de la biblioteca de Almudena Grandes. 

El tango "Cambalache" ha conocido multitud de registros discográficos. El primero de Fernando Díaz a finales de 1934 con el acompañamiento de la orquesta de Francisco Lomuto. Pocos meses después lo graba Ernesto Famá con la orquesta de Canaro. En los años cuarenta "Cambalache" encuentra el éxito de la mano de Roberto Rufino que lo canta con la orquesta de Carlos di Sarli. Vendrán luego grabaciones de Juan D' Arienzo con Alberto Echagüe o de Julio Sosa que lo da a conocer en la siguiente década con algunos cambios en la letra. Después de Sosa se suceden los cantores que incorporan "Cambalache" a su repertorio como Edmundo Rivero, Roberto Goyeneche o Susana Rinaldi. Todos saben que "Cambalache" sintetiza la deriva de todo un siglo en el que da lo mismo el burro que el docto y no se castiga al que roba en su ambición, práctica corriente en la casta política y dirigente. 

Más allá de la órbita del tango "Cambalache" encontrará en Caetano Veloso uno de sus mejores intérpretes a finales de los años sesenta. Después lo hará suyo Serrat con arreglo de Ricardo Miralles. Hasta Julio Iglesias y Raphael encontrarán motivos suficientes para grabar "Cambalache"que retrata la inmoralidad de una época para terminar describiendo los desmanes de un siglo entero. Por ello sigue siendo una letra de absoluta vigencia  con precedentes en el propio repertorio de Discépolo que había escrito en 1931 un tango titulado "¿Qué sapa, Señor"?,  especie de borrador de "Cambalache" que algunos dicen inspirado por "Al mundo le falta un tornillo" de Enrique Cadícamo que sí grabó Gardel. Todos ellos vienen a ser como relatos magistrales de los años 30 o Década Infame. 

3. "Cambalache" viene a mí en la antesala del otoño y vierte su verdad y su misterio, su hechura de tango inmortal, retrato de un siglo que murió y de otro que le siguió y que perpetua las heridas morales y mortales de un mundo sin ética ni razón en el que ayer se mezclaba el estafador Stavisky con la prostituta Mignon o el mismísimo Napoleón con el púgil italiano Primo Carnera que murió el mismo año que Serrat lanzaba al mundo la "Cançó de matinada". Ahora mismo un cambalache ibérico daría auténtico pavor si en él se mezclaran Belén Esteban con Bárcenas y Paquirrín con Poli Díaz. Y es que irremediablemente vamos a peor, cuesta abajo citando otro tango inmortal.