BIOGRAFÍA

En la obra de Luis García Gil (Cádiz, 1974) conviven de manera absolutamente personal literatura, cine y canción de autor. En el ámbito de la canción ha publicado Serrat, cantares y huellas, Serrat y Sabina a vista de pájaro, Jacques Brel, una canción desesperada, Javier Ruibal, más al sur de la quimera y Joan Isaac, bandera negra al cor. Su amor al cine ha dado como fruto el libro François Truffaut publicado por Cátedra y el guión y producción del documental En medio de las olas dedicado a su padre el poeta José Manuel García Gómez. También ha producido el documental Vivir en Gonzalo que ha dirigido Pepe Freire y en el que se profundiza en la obra de Gonzalo García Pelayo. Como poeta es autor de La pared íntima, Al cerrar los ojos y Las gafas de Allen. Es autor además del libro José Manuel García Gómez, un poeta en medio de las olas.




lunes, 7 de julio de 2014

VICENTE ALEIXANDRE

Mi padre cruzaba cartas, olas, espumas, odas febriles con Vicente Aleixandre quien llegó  a colaborar en un número de la revista Caleta. La posguerra azotaba como racheado viento de levante pero algunos encontraban una forma de resistencia en la poesía. Para mí Aleixandre nunca fue una presencia ajena y a treinta años de su muerte siento un inmenso placer al releer aquellas cartas.

Madrid a 13 de octubre de 1963: Amigo mío García Gómez: Mil gracias por esa bella nota comentario a un poema mío, escrita además con tanto cariño por usted. Y sigue: La editora de En un vasto dominio es Revista de Occidente. Pero ya he firmado un ejemplar para usted y he dado orden de que se lo remitan. Estoy seguro que esa conferencia suya será muy interesante y lo que siento es no oírla. Ya veo sigue usted trabajando con continuidad y entusiasmo y me alegro mucho. Recuerdos para los amigos. Con mucho afecto y recuerdo siempre. Vicente Aleixandre.

Esta carta me lleva al ejemplar de En un vasto dominio, dedicado por Aleixandre a mi padre donde se indica que el libro procede de la librería Fernando Fe de Madrid sita en Sol, 14. En un vasto dominio es un poemario deslumbrante e inagotable como buena parte de la obra de Vicente Aleixandre al que hoy poco o nada se le cita. ¿Para quien escribo? se pregunta el poeta en el poema inaugural. Pregunta que a muchos acecha. ¿Para quien derramar la amargura del verso, el secreto perfil de sus constelaciones, el eco del misterio, el trazo de la idea, del sueño, del aire...? Me pregunto yo ahora mientras pían los pájaros y sorbo café helado y escucho el ruido de una tubería y pienso en mi amigo Julio Antúnez al que dejé perdido en una novela inacabada. 

Imagino a mi padre leyendo las cartas que Aleixandre puntualmente le remitía. Grandeza y sencillez de quien entendía la poesía humanamente, sin narcisismos innecesarios tan del gusto de poetas de ahora mismo. "El pelo crespo inicia/ la verdad humana" -canta el poeta que le canta a la cabeza, al vientre, al brazo, al ojo que mira y sueña y al sexo. Y a la mano del poeta viejo -trasunto de Lope- que febrilmente aún escribe, aún derrama la tinta oscurísima sobre la hoja crepuscular. 

Leer a Aleixandre en estas tardes largas de verano. Y repasar aquellas cartas dirigidas a mi padre. Madrid, 14 de marzo de 1956. "Mi querido García-Gómez: Aquí le mando un poema para el número de poesía amorosa de Caleta. Me alegra que haya sido posible estar entre ustedes y por primera vez en la revista que con tanto amor hacen. Es mi costumbre, y suelen ser muy amables, corregir yo mismo las pruebas de mis poemas. Mucho le agradeceré me mande las de este original mío en la seguridad de que en 24 horas (también según mi costumbre) estarán de regreso (...)"

La carta prosigue. El poeta se lamenta de no haber podido escuchar una conferencia de mi padre sobre su poesía. Las cartas nos dejan el latido de la escritura, de aquello que fue vida y temblor, promesa y canción de un tiempo que ya no existe.  

Con membrete de la Real Academia Española releo otra carta fechada el 5 de julio de 1957. Aleixandre le dice a José Manuel García Gómez que ha dejado la poesía y que ahora sólo hace trabajos en prosa. Por ese motivo no habrá un poema suyo en el número especial que Caleta prepara sobre poesía andaluza. Y desde Miraflores de la Sierra llegan otra cartas del poeta, todas henchidas de cordialidad, de cercanía, de buenos deseos. 

Joaquín Marco apuntaba en 1969 en la revista Destino a la significación popular de la poesía de Aleixandre: "Gran poeta, no descendió al halago fácil. Su poesía de gran riqueza intelectual guarda el misterio de la creación diaria". Pero no esperen este año  grandes homenajes al poeta. Aleixandre vivió su particular exilio interior pero su enorme poesía no fue nunca complaciente. De Espadas como labios a Historia del corazón la poesía de Aleixandre olía a eternidad pero faltan voceros mediáticos que lo entronicen, de esos que manejan premios y antologías críticas. Recuerden el poema "Se querían" que es uno de los más populares de su obra. Hoy nadie lo recitaría de memoria. "Se querían de noche, cuando los perros hondos/ laten bajo la tierra y los valles se estiran...". 

Triste país que no celebra a Vicente Aleixandre, que no le sitúa en el lugar que le corresponde. Hoy encuentro al poeta, al Premio Nobel, tuteando a mi padre en cartas empapadas de claridad, cartas que viajaban desde el paisaje de Miraflores de la Sierra al mar de Cádiz, al buzón de la calle Cervantes desde donde se armaba aquella entrañable revista llamada Caleta.