BIOGRAFÍA

En la obra de Luis García Gil (Cádiz, 1974) conviven de manera absolutamente personal literatura, cine y canción de autor. En el ámbito de la canción ha publicado Serrat, cantares y huellas, Serrat y Sabina a vista de pájaro, Jacques Brel, una canción desesperada, Javier Ruibal, más al sur de la quimera y Joan Isaac, bandera negra al cor. Su amor al cine ha dado como fruto el libro François Truffaut publicado por Cátedra y el guión y producción del documental En medio de las olas dedicado a su padre el poeta José Manuel García Gómez. También ha producido el documental Vivir en Gonzalo que ha dirigido Pepe Freire y en el que se profundiza en la obra de Gonzalo García Pelayo. Como poeta es autor de La pared íntima, Al cerrar los ojos y Las gafas de Allen. Es autor además del libro José Manuel García Gómez, un poeta en medio de las olas.




lunes, 30 de julio de 2012

ADIÓS A MARUJA ROMERO

Me entero del fallecimiento de Maruja Romero, viuda de José Luis Tejada. Al irse la eterna compañera de Tejada es como si el poeta portuense muriera dos veces y volviera a nosotros el eco inmarchitable de sus versos. No comprendo el olvido que pesa sobre determinados poetas a los que casi nadie lee ni rinde homenajes públicos. Al pensar en Tejada, en el poeta amoroso, pienso en mi padre que hoy lamentaría la muerte de Maruja. Y pienso en los que hacen y deshacen la historia de la poesía española contemporánea del modo que mejor les place. Cuando se habla de la generación del medio siglo Tejada no suele ser citado y se le ignora como se ignoran a otros poetas andaluces del 50 salvo José Manuel Caballero Bonald quien parece eclipsar -y no por razones puramente literarias- al resto. Algo de eso apuntaba Jaime Siles en la introducción a la antología que la Fundación José Manuel Lara editó del poeta portuense y que se tituló Desde el fracaso escribo, titulo elocuente de la angustia hecha verso de Tejada.

Al morir Maruja regresa Tejada de algún modo a las conversaciones y también regresa el yo trágico, amoroso y existencialista de Razón de ser, el gran libro del poeta. Recuérdense, por ejemplo, estos versos estremecedores:

Será mejor estarse quedo en casa,
cerrar labios y ojos, puertas, manos
y sólo abrir el chorro
salobre y esporádico del llanto.
No quejarse siquiera a media voz (...)

¿Quién no está solo...? " se pregunta el poeta en Razón de ser, sinfonía del llanto en las palabras mecidas por el viento. Resulta apasionante el despliegue verbal de Tejada, su forma de abordar la pasión amorosa, de mirarse barrócamente por dentro, a la manera del clásico Lope. El poeta arriesga y gana, construye versos memorables y no abandona jamás su sentido de la religiosidad pero sin que ésta le limite su libertad expresiva, su forma de cantar y decantarse y de tocar incluso la sexualidad.

Abro Razón de ser y hallo la dedicatoria sin fecha para mi padre: A José Manuel García Gómez, poeta de Cádiz, con mi amistad y pendiente de su palabra crítica. Imagino a mi padre leyendo el poema "Consolación por la carne", síntesis del mundo de Tejada. En la estrofa final los amantes - Maruja y José Luis-  huyen del roce de la muerte. Ahora la parca los ha convocado para un abrazo definitivo en ese más allá en el que Tejada creía firmemente. Quizá como poeta de sentir religioso algunos que todo lo prejuzgan le pongan una etiqueta desde el parnaso de su descreimiento.

Descanse en paz Maruja Romero. Y sepan los portuenses más jóvenes que aparte de Rafael Alberti -mil y una veces homenajeado- existió un poeta humano y profundo llamado José Luis Tejada. Volverlo a leer sería el mejor homenaje que podríamos hacerle a quien fue su eterna compañera.