Mi padre hizo un poema de la contemplación de Cádiz desde la Torre Tavira. Retrató y adjetivó la ciudad lírica e indolente, la ciudad del fulgor y del ocaso, del mar infinito y de la decadencia también infinita. Mi padre compuso una oda muy distinta de la que tejía el largo poema que tituló "En medio de las olas" y que era un abrazo luminoso, una oda blanca a Cádiz según le dijera por carta Vicente Aleixandre.
Mi padre que ya no está se emocionaría escuchando las versiones del poema de Fernando Lobo y de Carmen de la Jara. El primer registro sonoro del poema apareció con motivo del documental En medio de las olas dedicado a la memoria eterna de José Manuel García Gómez. Luego el poema de la Torre Tavira ha seguido creciendo en la voz flamenca de Carmen y en la voz lírica de Fernando hasta formar parte del repertorio de ambos, de sus discografías y de la entraña misma de sus músicas itinerantes.
El otro día Carmen de la Jara ofrecía un recital intenso en El Pay Pay navegando por la música de los poetas sin ceñirse a lo estrictamente flamenco. Tuve la fortuna de acompañarla en el escenario con dos poemas que preludiaron su recreación de "Cádiz desde la Torre Tavira" cuya composición debemos y debo a Juan José Alba quien le acompañaba a la guitarra. El poema de mi padre volvió a cobrar vida en el corazón del Populo, muy cerca del Arco de la Rosa que él mismo evitó que demoliesen hace ya tantos años que nadie quiere recordarlo ni reconocerlo.
Pero ya hay recompensa en estas dos versiones que valen mucho más que una placa puesta por el Ateneo de Cádiz en comitiva encabezada por su presidente Ignacio Moreno Aparicio. Fernando Lobo, Carmen de la Jara y Juan José Alba obraron el milagro de revivir los versos dormidos del poeta que nació en la calle Cervantes. En febrero del año que viene se cumplirán veinte años de su muerte.