Supone un privilegio para Cádiz que Jorge Drexler anuncie el Carnaval. Como quiera que la ignorancia es atrevida hay quien disiente del pregonero montevideano por considerarlo un advenedizo de la fiesta. Drexler ya citaba a Cádiz en la canción "De amor y casualidad" que integraba Llueve, su segundo disco publicado en España. Su primera mujer tenía raíces gaditanas y Cádiz ya aparecía en su cancionero como unidad de destino. Lo mismo sucedió cuando se cruzó en su vida Javier Ruibal de quien tomaría prestado "Toito Cai lo traigo andao". Su ecléctico mapa sonoro incluía al músico portuense y por extensión a Cádiz cuyas músicas y sones nunca le fueron ajenos.
A Drexler muchos los descubrimos con Vaivén que fue el primer disco suyo que llegó a España. Aquel Drexler en proceso de formación, cándido y cálido, tocó en Cádiz varias veces y siempre encontró un público que se sentía receptivo a sus canciones. La Central Lechera acogía aquellas actuaciones intimistas, casi susurradas, del músico uruguayo que iría creciendo disco a disco hasta firmar con Doce segundos de oscuridad su obra maestra.
A Drexler muchos los descubrimos con Vaivén que fue el primer disco suyo que llegó a España. Aquel Drexler en proceso de formación, cándido y cálido, tocó en Cádiz varias veces y siempre encontró un público que se sentía receptivo a sus canciones. La Central Lechera acogía aquellas actuaciones intimistas, casi susurradas, del músico uruguayo que iría creciendo disco a disco hasta firmar con Doce segundos de oscuridad su obra maestra.
El uruguayo se ha encomendado para el pregón a Javier Ruibal y a la comparsa de Jesús Bienvenido. Con estos mimbres el pregón se presume antológico, un modo además perfecto de maridar los ecos del Carnaval de Montevideo con sus murgas y llamadas con los del Carnaval de Cádiz.
Es deseable que el desinformado se sienta llamado a conocer la obra de Jorge Drexler cuya implicación con la fiesta está siendo absoluta desde el mismo momento en el que fue nombrado pregonero. Sería deseable también reconocer el acierto de la corporación municipal a la hora de escoger a Drexler. Todavía más si tenemos en cuenta que en otro tiempo se eligieron pregoneros-fantoches como Jesulín de Ubrique que perpetró uno de los pregones más vergonzantes de la historia del carnaval gaditano.
Drexler ya ha adelantado una pieza embebida del perfume de Cádiz. "Cai creo que Cai" es un ejercicio de puro gaditanismo, patente de corso y una oda a la ciudad trimilenaria que en ningún caso suena impostada. Montevideo es Cádiz asomada a otro mar y Drexler también es Cádiz. Por eso su canción parece bautizada en la Caleta y bucea en el pasado fenicio y parece encaminarse hacia el Barrio de la Viña para guarecerse en las coplas que se cantan para espantar los males con el pito de caña como estandarte.
Nadie mejor que Drexler para cantarle a Cádiz mientras cae una lluvia inmensa de papelillos, mientras un tango besa los pies de la estatua de Gades y la añeja comparsa de Paco Alba regresa de la noche de los tiempos. Imagino al músico uruguayo escuchando a Los senadores romanos remontándose a la época en la que el gran Alfredo Zitarrosa imponía su magisterio en la canción uruguaya y latinoamericana. Es un lujo para Cádiz que Drexler sea el anunciador oficial del Carnaval aunque lamentablemente no se esperen demasiadas coplas dedicadas a honrar su nombramiento.